Anónimo (El Bachiller Fulano de Tal), Triste y sola (Lirios y claveles, 1930, publicado en Semana Santa. Antología Literaria, edición de Francisco Robles, Sevilla, 2006).
Ya la hora de maitines es llegada,
ya amontonan las sillas, y la gente
se retira en silencio lentamente
con cara soñolienta y fatigada.
Como triste violeta abandonada,
con un puñal clavado reluciente,
pasa La Soledad rápidamente
bajo el dosel llorosa y enlutada.
¡Madre Santa, que apuras el dolor
terrible, amargo, duro y angustioso,
de volver sola de enterrar a tu amor!
Eres broche magnífico y valioso
que cierra la diadema soberana
de la Semana Santa Sevillana.
Nuestra Señora de la Soledad.
Parroquia de San Lorenzo.
Última cofradía.