El pasado sábado día 18 de octubre, la Hermandad Sacramental de la Soledad peregrinó hacia la Ermita del Rocío para postrarse ante la Blanca Paloma tras realizar el conocido como «Camino de la Virgen». Un recorrido lleno de devoción y oración mariana que nos permitió compartir una jornada de verdadera fraternidad en María.
Tras la peregrinación, celebramos la Santa Misa en Hermandad y realizamos una ofrenda floral a la Santísima Virgen. Seguidamente celebramos una convivencia, agradeciendo a nuestros hermanos Álvarez-Dardet la gentil cesión de su casa para tal ocasión.
Seguimos fomentando el culto a la Madre de Dios, compartiendo vivencias como esta en la que jóvenes y mayores de la Hermandad mantienen viva la llama de la Fe, esa que descendió del cielo en Pentecostés.










Fotografías: J. M. «Silva»
